2018
ARTE Y ALTERIDAD
Como si se tratara de un movimiento telúrico, el encuentro con el otro suele desencadenar un sin número de fuerzas. Todo lo que creíamos inamovible se desplaza, choca, mezcla y entrecruza. Quizá la razón por la cual este estremecimiento parece amenazante es porque nos invita a experimentar las periferias, los bordes, las disonancias, las interrupciones, las disidencias, las grietas y hendiduras. Porque, en definitiva, nos recuerda que también somos el otro: el otro de aquellos a quienes llamamos otros y el otro de nosotros mismos. Asistimos, entonces, al enrarecimiento de nuestra imagen, nos descubrimos complejos, híbridos y múltiples, como si no fuéramos otra cosa que un teatro de sombras, trasfiguraciones del rostro, máscaras y ecos: un cúmulo de reflejos en el agua temblorosa.
- Los rostros:
- Encuentros con el otro, prácticas colectivas, participativas, etnográficas, colaborativas, pedagógicas o comunitarias.
- Las máscaras:
- El sí mismo como otro, problematizaciones de la subjetividad, como la autorreferencia, la fragmentación y el desdoblamiento.
- Los ecos:
- El otro como diferencia, la voz a quienes han sido silenciados, inequidad de género, clase, raza o especie.